Salía de casa andando y dos manzanas más allá, camino de la parada del autobús, lo encontré solo, caído, abandonado, con expresión triste de dejado de la mano de Dios y del hombre, y me dio pena. ¿Será verdad que algunos juguetes, que los peluches sienten: tienen vida? El osito está triste. ¿Qué tendrá el pobre oso? Abandono, soledad.
Cuando volví ya no estaba. Seguramente alguien, al verle,
sintió algo parecido a mí y le dio un nuevo hogar donde podrá apapachar y ser
mimado.
¿Será verdad?
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Publicado por Jorge Satrústegui
Jorge de Satrústegui y Pérez-Caballero. Nació en San Sebastián, el 12 de febrero de 1939. Pertenece a una familia de “la vieja aristocracia española” y durante su vida ha sido, además de un trabajador normal: aventurero, mercenario en la guerra de después de la independencia del Congo, estudioso de la Historia y de las costumbres de “otros pueblos”, viajero (o/y residente) en países como Marruecos, República del Congo, Sur del Sudán, Mozambique, Colombia, Perú, Chile, República Dominicana, entre algunos otros. Trató de dedicarse a comprender -sin complejos- las formas de pensar y de vivir de los seres humanos de distintas culturas. De las causas, los mitos, las razones y las verdades o las mentiras que han configurado esta amalgama de mundos en las que se divide nuestro planeta, cuando el ser humano es igual en todas partes crea en magias, religiones o sea absolutamente racional, cosa harto difícil, si es que puede.
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